El consultorio del Dr, Mateo (2)

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¿Devociones o supersticiones?



Una persona que es muy devota continuamente me envía mensajes sobre devociones que dice que yo debo practicar. La semana pasada me hizo llegar una oración que, según las revelaciones de una santa, si se pronuncia cien veces, consigue sacar un alma del purgatorio. Yo lo encuentro muy extraño y no me lo acabo de creer. Además, calculé que si esta persona practica todas las devociones que me recomienda, no le debe quedar tiempo para nada más. ¿Qué piensa usted de todo esto? ¿Qué devociones deberíamos practicar como buenos cristianos?

No es la primera vez que recibo consultas sobre estas extravagancias. Antes, se limitaban a hojas fotocopiadas que se dejaban en las parroquias y que invitaban a hacerlas llegar a un número determinado de personas a cambio de unos grandes beneficios materiales o espirituales. Ahora, con las redes sociales, estas tonterías circulan por todas partes y confunden a personas de buena fe. Conozco personas que se pasan horas practicando estas falsas devociones. Probablemente no tienen nada más que hacer, pero es una lástima que empobrezcan de esta manera la vida cristiana. Lo primero que le recomiendo es que regale a esta persona conocida suya un ejemplar de la Introducción a la vida devota de San Francisco de Sales. Dígale que se trata de una obra escrita por un santo auténtico, con nombre y apellidos, reconocido y recomendado por la Iglesia, y no de una santa tan desconocida como inexistente que hace promesas de poca monta que no tienen ningún fundamento en la verdadera doctrina cristiana. 

Estas oraciones largas y estrambóticas que le propone su conocida me recuerdan precisamente a las propias de los paganos, desaconsejadas por el Señor, cuando nos dice que «piensan equivocados que, cuanto más hablan, más se harán escuchar». Hay que distinguir la devoción y las devociones, y, entre estas, las obligatorias y las optativas, y, finalmente las falsas devociones. La «Devoción» es una realidad muy seria que surge de nuestra fe y amor a Dios. Expresa nuestra adoración, bendición, gratitud y reconocimiento hacia el Señor y la voluntad de entregarnos a Él. Como puede suponerse, se manifiesta en devociones concretas. ¿Cuáles podemos practicar? En primer lugar, las fundamentales: la oración diaria, (ojalá), el recitado de laudes y vísperas y las oraciones tradicionales como el Padrenuestro…, la escucha orante de la Palabra de Dios, la Santa Misa de los domingos y fiestas como centro de la vida cristiana, la devoción filial a la Virgen María donde destaca el Rosario, la visita al Santísimo y la participación al culto eucarístico fuera de la Misa… Creo que con esto se puede hacer un buen camino devocional a nivel personal y familiar. Y siempre, ante cualquier duda, consulte a su párroco.

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